¡Sin spoilers!

Hoy os traigo la tercera y última parte de Grishaverse: Ruina y ascenso. Este libro en comparación al anterior me ha gustado un poco más e incluso frustrado con una de sus escenas finales. Confirmamos que estamos ante una trilogía en la que para mí los personajes secundarios me han llegado más que los principales. Alina me ha parecido totalmente insípida, aburrida y e insconciente de sus actos, por otro lado, Mal me ha parecido lo más aburrido, acaparador y agobiante que he visto hasta ahora. Su presencia ha brillado por su ausencia y aun así intenta pertenecer a la vida de Alina constatemente. Ya lo he mencionado anteriormente, pero para mí los únicos que se salvan son Nikolai y el Oscuro, y de este último me hubiese gustado ver mucha más profundidad. Y sin olvidarnos de Oncat, un gato que se ha colado en esta última parte. 

En esta ocasión, la acción es más palpitante y ha conseguido que la lectura sea más llevadera y entretenida. El mundo que ha elaborado Leigh Bardugo es fantástico y estoy deseando continuarlo con la bilogía de Seis de Cuervos. Me ha gustado mucho también como se ha desarrollado la trama, la cuál nos ha conducido hacia una final que parecía catastrófico. Y aquí es donde entra mi vena hater y reprocho a la autora no haber continuado con ese giro en la argumentación y haber hecho sus deberes bien. 

En relación con el mundo del Grishaverso, la autora ha sabido desarrollarlo bastante bien y es lo que ha salvado a este historia. Su estilo de escritura es muy llevadero y sencillo, lo que consigue la lectura sea ágil y divertida. Puede que mi opinión no sea demasiado favorable, pero es una saga que he disfrutado y que me ha ayudado a comprender este mundo, del cual espero seguir leyendo en los siguientes libros.

Si os apetece leer una saga amena con un mundo fantástico, el mundo de Grishaverse creado por Leigh Bardugo es el vuestro.