La costa de Alabastro, Victoria Álvarez.

por - domingo, diciembre 29, 2019

Título: La costa de Alabastro
Autora: Victoria Álvarez
Encuadernación: tapa dura
Editorial: Runas
Páginas: 152
Fecha: 2018



Una enfermera llega a una mansión ruinosa en la costa normanda para cuidar de la joven Sophie Clairmont, una niña inteligente y un tanto especial, durante los últimos meses de su vida. La Segunda Guerra Mundial acaba de terminar y las huellas de la ocupación nazi son visibles por todas partes, pero no son solo los soldados alemanes los que todavía parecen rondar por Monjoie. La difunta madre de la niña, tan perfecta y querida, hace sentir su presencia en las vidas de todos. Y cuando la pragmática enfermera llegue para cuidar a Sophie irá descubriendo que el retraído señor Clairmont también está abrumado por sus propios fantasmas. 


Solo os voy a decir una cosa con respecto a este libro: me he cagado de miedo. Siempre he dicho que yo no soy de ver películas de miedo porque no puedo con ellas, pero luego se me presenta un libro de terror y me lo leo porque soy así de masoca. En mi cabeza suena la típica frase "un libro de miedo no te puede asustar tanto como una peli". Mentira, es peor. Los sentimientos son más intensos, y los escalofríos más constantes. 

Estas navidades llegó a mi casa La costa de Alabastro, y es un libro que tenía muchísimas ganas de leer, porque es de Victoria Álvarez, no nos vamos a engañar, y todo lo que escribe esta mujer es maravilloso para mí. Y en esta ocasión no ha sido menos. De hecho, al ser un libro ambientado dos años después de terminar la segunda guerra mundial, me estremeció aun más tras haber visitado hace pocos meses Auschwitz. En esta ocasión, la trama nos relata la historia de una enfermera que viaja a a la costa de Alabastro a cuidar la hija de un famoso escritor de novelas de terror. 

En general la historia me ha parecido que seguía el perfecto recorrido hacia lo más asfixiante que te puede causar cuando algo te da miedo: una casa casi abandonada, las paredes hechas jirones, el repiqueteo del agua, muñecas de porcelana, la nieve, la ouija... Pero más allá de todo este miedo que se palpa en el ambiente está el que no se ve: el frío ambiental, la historia de la casa, los pensamientos inquietantes de la hija, Sophie, o simplemente la época en la que se encuentra. Estos detalles son los que hacen que se te cale la sangre y vayas sintiendo lo mismo que la protagonista, a eso mismo me refería que es más terrorífico leer una historia de terror que verla. 

Sin duda en esta novela se ve como la escritora sabe manejar la pluma más allá de lo juvenil y me ha encantado. El único pero que le pondría es el final, el cual me ha resultado un poco confuso, pero lo que me quedo sin lugar a dudas es con la cordura con la que se trata de mantener la protagonista hasta el final, siempre tratando de encontrar el punto de lógica a todo. Y esto me gusta por el simple motivo de que no se presenta a la típica que entra en una sala empieza a gritar cuando la puerta se cierra de repente. Ella reacciona, busca una solución, y si no la encuentra es cuando empieza a desesperarse. 

Puntuación: 4.5.

Si os gustan las historias de terror, esta novela corta os resultará entretenida a la par que escalofriante. Y si no habéis leído nada relacionado con esta temática, es un gran libro para empezar a hacerlo. 

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