Después del Anhelo llega la Furia y así lo demuestra Tracy Wolff en esta segunda entrega de la serie Crave. Tras terminar el primer libro, me quedé con muchísimas ganas de seguir con la saga. Y cuando me lo regalaron por mi cumple no me pudo hacer más ilusión. 

Tras los acontecimientos del primer libro y Grace descubrir que está en un instituto que es de todo menos normal, nuestra protagonista se aventurará en una historia que parece sacada de la saga Crespúsculo. Aunque a pesar de que ella creía que todo sería normal para ella, tendrá que enfrentarse a su propio destino, y es que ahora es una Gárgola y su cuñado prácticamente forma parte de su día a día, lo que hará mellas en su relación con Jaxon.

Puede que mi opinión sea impopular, pero la verdad es que me he quedado un poco WTF durante toda la saga. No sé si es porque mi época de leer este tipo de novelas se quedó en años atrás o es que no he conectado con la historia. De todas formas, entiendo que haya tenido bastante éxito entre el público juvenil y no juvenil. Aun así... ¿una gárgola? ¿enserio? Me ha parecido de lo más surrealista y sin sentido de la historia. Me cuesta demasiado concebir a una gárgola como un ser mágico. 

Por otro lado, mientras que a algunas personas les ha disgustado el triángulo amoroso que se ha formado entre Grace, Hudson y Jaxon, para mí fue lo más entretenido de la historia y lo he disfrutado como una adolescente. No sé si seguir leyendo los libros, pero en caso de que lo haga, será por ver en qué deriva este triángulo amoroso. 

En relación a la trama, este segundo libro ha tenido más acción que el primero, y hemos podido descubrir un poco más cómo es el instituto Katmere y los seres que lo habitan. Así como las duras pruebas que han tenido que superar nuestro protagonistas. 

En líneas generales, ha sido un libro que para mí ha pasado totalmente desapercibido, es cierto que me lo leí de una sentada, pero tampoco es que me haya mantenido igual de intrigada que en el primero. Entiendo que la gente sienta un gran fanatismo por esta saga, pero no es mi casa. De todas formas, ¡quién sabe! Igual vuelvo a retomarla.